Los tipos de dietas terapéuticas y sus beneficios



Las dietas terapéuticas son aquellas que se prescriben en situaciones específicas, con el objetivo de contribuir al tratamiento de una enfermedad o condición médica. Existen diferentes tipos de dietas terapéuticas, cada una adaptada a las necesidades particulares del paciente. En este artículo, vamos a explorar algunas de las más comunes y sus características principales.

Dieta absoluta

La dieta absoluta es una de las dietas terapéuticas más restrictivas, ya que implica la suspensión total de la ingesta de alimentos sólidos y líquidos por un período corto de tiempo. Este tipo de dieta se utiliza principalmente en casos de cirugía gastrointestinal o cuando el tracto digestivo necesita descansar para recuperarse de una inflamación o infección severa. La hidratación y nutrición del paciente se mantienen mediante soluciones intravenosas durante el tiempo que dure la dieta absoluta.

Dietas de progresión

Las dietas de progresión son aquellas que evolucionan en función de la mejoría del paciente, permitiendo una transición gradual desde una dieta muy restrictiva hasta una alimentación normal. Estas dietas se utilizan en pacientes que han pasado por una cirugía gastrointestinal, enfermedades inflamatorias del intestino o tratamientos oncológicos, entre otros casos.

Líquida clara

El primer paso en una dieta de progresión suele ser la dieta líquida clara, que incluye únicamente líquidos transparentes y sin residuos, como agua, caldos claros, té o jugos de frutas colados. Esta dieta proporciona hidratación y electrolitos, pero es muy baja en calorías y nutrientes, por lo que solo se utiliza por un período corto de tiempo.

Líquida completa

La dieta líquida completa incluye alimentos líquidos con mayor contenido nutricional, como leche, sopas cremosas, batidos o yogur líquido. Esta dieta se emplea cuando el paciente necesita una mayor aporte energético y proteico, pero aún no está preparado para ingerir alimentos sólidos.

Blanda

La dieta blanda consiste en alimentos sólidos de fácil digestión y bajo contenido en fibra, como purés, arroz blanco, pasta cocida, pollo o pescado hervido. Esta dieta se puede seguir durante varias semanas hasta que el paciente esté listo para retomar su alimentación habitual.

Leer también:  Las posiciones anatómicas esenciales en el traslado de pacientes en ambulancia

Dietas con modificaciones energéticas

Las dietas con modificaciones energéticas son aquellas en las que se ajusta la cantidad de calorías y nutrientes que se consumen, con el fin de lograr un objetivo específico relacionado con la salud del paciente. Estas dietas pueden ser hipocalóricas, normocalóricas o hipercalóricas.

Hipocalóricas

Las dietas hipocalóricas son aquellas que proporcionan menos calorías de las que el paciente necesita, con el objetivo de promover la pérdida de peso en casos de obesidad o sobrepeso. Estas dietas deben ser prescritas y supervisadas por un profesional de la salud, ya que una restricción calórica excesiva puede provocar desnutrición y otros problemas de salud.

Normocalóricas

Una dieta normocalórica es aquella que aporta la cantidad adecuada de calorías para mantener el peso actual del paciente, sin producir cambios significativos en su composición corporal. Este tipo de dieta se utiliza en pacientes con enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión o insuficiencia renal, donde es fundamental mantener un equilibrio energético adecuado.

Hipercalóricas

Las dietas hipercalóricas tienen como objetivo proporcionar un mayor aporte energético y proteico, con el fin de favorecer la ganancia de peso y la recuperación en pacientes con desnutrición, anorexia nerviosa o estados catabólicos severos. Es importante que estas dietas sean planificadas cuidadosamente para garantizar un crecimiento y desarrollo adecuado en el caso de niños y adolescentes.

Otros tipos de dietas terapéuticas

Aparte de los mencionados anteriormente, existen otros tipos de dietas terapéuticas que se adaptan a condiciones médicas específicas, como las dietas bajas en sodio para pacientes con hipertensión, las dietas sin gluten para personas celíacas o las dietas ricas en fibra para pacientes con estreñimiento crónico.

En cualquier caso, es fundamental que las dietas terapéuticas sean prescritas y supervisadas por profesionales de la salud, ya que cada paciente tiene necesidades nutricionales únicas y requerirá un plan alimentario adaptado a sus circunstancias particulares. Además, es necesario llevar un seguimiento de la evolución del paciente y realizar ajustes en la dieta cuando sea necesario, para garantizar el éxito del tratamiento y prevenir posibles complicaciones.